¿QUÉ ES LA SANGRE Y DE QUÉ SE COMPONE?
La sangre es una mezcla de células y líquido, y cada componente tiene una función específica:
- Los glóbulos rojos llevan el oxígeno a los tejidos corporales y recogen el dióxido de carbono. Los glóbulos rojos representan entre el 40% y el 45% por ciento de la sangre de una persona y viven 120 días.
- Los glóbulos blancos forman parte del sistema inmunitario y constituyen su principal defensa contra las infecciones. Los glóbulos blancos representan menos del 1% de la sangre de una persona.
- Las plaquetas son fragmentos de células encargadas de los procesos de coagulación, lo que ayuda a prevenir y controlar las hemorragias. Representan en torno al 5% de la sangre.
- El plasma es una mezcla amarillenta de agua, proteínas, electrólitos, hidratos de carbono, colesterol, hormonas y vitaminas. Aproximadamente el 55% de la sangre es plasma.
¿QUÉ ES UNA TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA?
Es un procedimiento médico relativamente simple que utilizan los médicos para reponer las pérdidas de sangre o de cualquier componente de la sangre, como los glóbulos rojos o las plaquetas. Las transfusiones se suelen administrar a través de una vía intravenosa, tubito que se inserta en una vena mediante una aguja fina. El procedimiento completo suele durar aproximadamente de dos a cuatro horas, dependiendo de la cantidad de sangre que se necesite.
Para evitar reacciones que podrían poner el peligro la vida del receptor, el tipo de sangre del donante debe coincidir con el tipo de sangre del receptor. Hay ocho tipos principales de sangre:
- O positivo
- O negativo
- B positivo
- B negativo
- A positivo
- A negativo
- AB positivo
- AB negativo
En situaciones de emergencia, existen ciertas excepciones a la norma de que la sangre del donante debe coincidir exactamente con la del receptor: el tipo de sangre O negativo es el único que puede transfundirse a cualquier receptor, independientemente del tipo de sangre que tenga. Esto es muy útil es situaciones de emergencia cuando los pacientes necesitan una transfusión pero se desconoce su tipo de sangre. Por este motivo, los donantes O negativo se denominan “donantes universales”. Las personas que tienen sangre del tipo AB se denominan "receptores universales" porque pueden recibir cualquier tipo de sangre con total seguridad.
Las transfusiones de sangre no suelen ser de sangre entera —pueden ser de cualquiera de sus componentes. Por ejemplo, algunas personas con cáncer necesitan transfusiones de sangre porque durante la quimioterapia la médula ósea puede perder temporalmente la capacidad de fabricar nuevas células sanguíneas. En estas personas, una transfusión de glóbulos rojos o plaquetas puede ser de gran ayuda.
Otras personas pueden necesitar plasma o solamente determinadas partes del plasma. Por ejemplo, las personas que tienen hemofilia, una enfermedad que afecta a la capacidad de la sangre para coagularse, necesitan plasma o los factores de coagulación contenidos en el plasma para favorecer la coagulación y prevenir posibles hemorragias internas.
¿DE DÓNDE PROVIENEN LAS RESERVAS DE SANGRE?
las reservas de sangre que se utilizan en las transfusiones proceden de personas que donan sangre voluntariamente en los bancos de sangre, los centros sanitarios de la administración durante las campañas de recoleccion de sangre o a través de la Cruz Roja. La vida de muchas personas depende de la sangre procedente de donantes voluntarios.
Cuando una persona va a someterse a una operación que puede requerir una transfusión de sangre, puede elegir recibir sangre de varias fuentes diferentes. La mayoría de pacientes prefieren recibir sangre de donantes voluntarios. Pero algunas de ellas prefieren extraerse sangre antes de la intervención para que se la puedan transfundir en caso necesario. Esto se denomina donación de sangre autóloga.
Otra posibilidad es lo que se denomina donación directa. Es cuando un familiar o amigo dona sangre específicamente para que la usen para transferírsela a un receptor en concreto. En la donación directa, el donante debe tener un tipo de sangre que sea compatible con el del receptor. Asimismo, tendrá que cumplir todos los requisitos que se le exigen a un donante voluntario ordinario. No hay ninguna prueba científica de que la sangre procedente de donantes directos sea mejor o más segura que la de donantes anónimos voluntarios.
¿CUÁLES SON LOS REQUISITOS PARA PODER SER UN DONADOR?
- Pesar como min. 50 kg
- Tener como min. 16 años en adelante
- No haber ingerido bebidas alcoholicas 2 días antes
- No haber administrado medicamentos 3 días antes
- No haber tenido antecedentes de enfermedades como Hepatitis o Enfermedades cardiacas
- Estar completamente sanos
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS QUE SE CORREN DÉSPUES DE HABER DONADO?
Como ocurre con cualquier procedimiento médico, hay unos pocos riesgos implicados. Entre ellos, cabe señalar los siguientes:
- Fiebre: Los pacientes a menudo desarrollan fiebre tras someterse a una transfusión de sangre, a veces va acompañada de escalofríos, dolor de cabeza o náuseas. Estos síntomas pueden estar provocados por una reacción entre el sistema inmunitario del receptor y las células inmunitarias presentes en la sangre donada. Cuando ocurre esto, los médicos detienen la transfusión y administran al paciente medicamentos antipiréticos (para bajar la fiebre). Cuando la temperatura del paciente recupera la normalidad, generalmente se puede proseguir con la transfusión.
- Reacción alérgica: Las reacciones alérgicas a las transfusiones de sangre (como la aparición de ampollas o ronchas en la piel) ocurren cuando se produce una reacción entre el sistema inmunitario del receptor y las proteínas presentes en la sangre donada. En una cantidad reducida de casos, se produce una reacción alérgica grave (un trastorno denominado anafilaxia). Este tipo de reacción se trata deteniendo la transfusión y administrando al paciente medicamentos para la alergia, incluyendo antihistamínicos y corticoesteroides. Cuando la reacción es leve, la transfusión se puede iniciar de nuevo. Pero, si es más grave, es posible que los médicos tengan que tomar otras medidas antes de proseguir con la transfusión.
- Reacción hemolítica: La palabra hemólisis se refiere a la destrucción de los glóbulos rojos. Esta reacción puede poner en peligro la vida del receptor de la transfusión. Ocurre cuando las sangres del donante y del receptor no son compatibles. En tales casos, el sistema inmunitario del receptor ataca los glóbulos rojos de la sangre donada y los destruye. Si se produce una reacción hemolítica, los médicos detienen la transfusión y tratan los síntomas. De todos modos, las reacciones hemolíticas son muy poco frecuentes, ya que los profesionales de la salud toman muchas precauciones para confirmar que la sangre del receptor y la del donante son compatibles antes de iniciar la transfusión.
PROCEDIMIENTO DE RECOLECTA DE SANGRE
JERARQUÍA EN LA BOLSA DE SANGRE
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